lunes, 7 de mayo de 2007

El deber de equivocarse

"¡Mohamed el alamín, tan sereno y de repente tan indomable! A veces lo he
perdido, en mi juventud, para volverlo a encontrar en la edad madura, cuando ya
no estaba, y he tenido que esperar las primeras canas, los primeros
arrepentimientos, antes de convencerme de que todo hombre, incluso mi padre,
tenía derecho a errar el camino si creía perseguir la felicidad. A partir de
entonces, empecé a amar sus extravíos, como espero que tú ames los míos, hijo.
Te deseo, incluso, que te extravíes a veces tú también. Y te deseo que ames,
como él, hasta la tiranía y permanezcas mucho tiempo disponible para las nobles
tentaciones de la vida".


"León el Africano". Maalouf, A.

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